Por: Ema Florencia Castellari
Grupo de Trabajo de Gobierno y Metadatos
Este artículo está relacionado con la sesión de trabajo del Grupo de Trabajo de Gobierno y Metadatos del pasado 29 de febrero: Nivel de madurez en el gobierno de datos
“Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”. William Thomson Kelvin
Esta frase destaca la importancia del proceso de medición y mejora continua en cualquier ámbito, y, llevado a la gestión de datos, la madurez de datos es un indicador que se utiliza para determinar en qué etapa de avance se encuentran la calidad, estructura, distribución, seguridad, operaciones, la explotación de datos y la usabilidad en general de los datos.
La madurez de datos en una organización impacta de manera significativa en la información confiable que dispone y por lo tanto en:
- Capacidad para tomar decisiones, tanto estratégicas como las del día a día
- Mayores costes de retrabajo, los cuales se pueden indicar que son “ocultos” porque son muy complejos de medir
- Multas por no adoptar leyes y reglamentos de la manera adecuada
- Coste de oportunidad por la falta de capacidad para poder extraer el mayor valor de sus datos teniendo fuentes de información ricas en insights sin explotar de la manera óptima.
Ema Florencia Castellari es Data Governance, Data Strategy, Data Management, Project Manager y CDMP Specialist en Hiberus; además, es miembro del Grupo de Trabajo de Gobierno y Metadatos de DAMA España.
¿Es posible que una organización tenga un nivel de madurez 0?
La respuesta es NO, todas las empresas poseen un cierto nivel de madurez ya que el solo hecho de almacenar y manipular datos ofrece un grado de aplicación de técnicas de gestión de información, lo que estará ausente en caso de tener una madurez menor serán procesos y maneras de tratar los datos para asegurar su eficacia: capacidad de lograr los objetivos deseados y eficiencia: capacidad de tratarlos de manera óptima.
¿Cuándo se alcance un alto nivel de madurez?
Se alcanza cuando los procesos relacionados con los datos se han integrado profundamente en la organización de manera natural y se utilizan de forma activa en el proceso de toma de decisiones.
¿Por qué es importante un alto nivel de madurez?
Porque los datos van más allá de ser un simple recurso: Son el motor que impulsa la innovación constante en todos los niveles de la empresa.
“La madurez de datos en una organización impacta de manera significativa en la información confiable que dispone»
Y este proceso transcurre a medida que se desarrolla la capacidad de recopilar, almacenar, procesar y analizar datos de manera más efectiva.
Buscan constantemente fusionar sus propios datos con conjuntos de información de terceros, incluso aquellos que pueden ser considerados inusuales, con el objetivo de descubrir nuevas perspectivas y oportunidades, con un uso proactivo con visión predictiva donde no sólo reaccionan a los datos existentes, sino que los utilizan de manera proactiva, desarrollando algoritmos predictivos que les permiten anticipar tendencias y ajustar sus estrategias en consecuencia.
Lograr estas capacidades indefectiblemente conducirá a una mayor eficiencia operativa, una mejor comprensión del negocio y clientes, una toma de decisiones ágil y fundamentada, y en última instancia, a una ventaja competitiva sostenible, porque las organizaciones realmente impulsadas por datos poseen la habilidad y disposición para adaptarse con agilidad a las fluctuaciones del mercado y a los cambios socioculturales, reconociendo que esta adaptabilidad es una competencia esencial.
¿Cuáles son los beneficios de un alto nivel de madurez de los datos?
¿Cómo mejorar el nivel de madurez de los datos?
Una organización puede aumentar su madurez en gestión de datos mediante iniciativas, las cuales, desde el inicio siempre aportarán valor, lo importante es sostener este proceso para evolucionar a niveles superiores y no estancarse, ya que continuamente surgirán nuevos desafíos que disminuirá esa tendencia creciente, por ejemplo, la inclusión de nuevas tecnologías, nuevas regulaciones o incluso hasta el simple hecho de la rotación del personal de la empresa puede atentar contra este proceso.
Podemos establecer ciertos puntos claves alrededor de los cuales enfocar las iniciativas de gestión de datos para la evolución de la madurez de datos en una organización:
1- Es crucial establecer una estrategia clara y definir los objetivos relacionados con los datos.
2- Crear una hoja de ruta sólida en base a las fortalezas y debilidades identificadas lo que guiará la evolución a niveles superiores.
3- Acorde a la hoja de ruta y consistente con la estrategia definida, se deben desarrollar políticas y procedimientos para la recolección, almacenamiento, procesamiento y análisis de datos, asegurando su calidad y seguridad.
4- Implementar tecnologías adecuadas (acorde a las necesidades y posibilidades de la organización) para la gestión de datos, como bases de datos robustas y herramientas de análisis avanzadas.
5- Trabajar a través de casos de uso estratégicos, factibles y concretos, que aporten valor y visibilidad al resto de la organización para que la resistencia al cambio de “como se hacen las cosas” sea menor y la adopción de las nuevas maneras de trabajar con los datos sea mayor.
6- Implementar un proceso de autoevaluación que permita medir los avances y poner foco en las debilidades encontradas que no permiten alcanzar el nivel de madurez deseado por la organización.
7- En paralelo con las anteriores se tiene que fomentar una cultura organizacional a través de sólidas acciones de gestión del cambio, que valore y promueva la utilización eficaz de los datos, brindando capacitación y promoviendo la colaboración interdepartamental, que contri-buirá significativamente al desarrollo de la madurez en gestión de datos.
En conclusión, fomentar una sólida madurez en la gestión de datos dentro de una organización es fundamental en la era actual, donde los datos son el activo más valioso. Una gestión de datos efectiva garantiza la disponibilidad de información precisa y relevante para respaldar la toma de decisiones estratégicas, la identificación de oportunidades de crecimiento y la optimización de procesos. Además, una cultura data-driven promueve la innovación y la agilidad, permitiendo a la organización adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y mantener una ventaja competitiva sostenible.
